PREMIO A LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Por Agencia EFE (enero 2008)
San Juan – La mayor organización de abogados de EE.UU. entregará hoy su premio en reconocimiento a proyectos de servicios comunitarios a la Asociación Nacional de Derecho Ambiental (ANDA) de Puerto Rico por su programa de educación legal sobre medioambiente.
La American Bar Association (ABA), institución con más de 400,000 miembros entre los cuales están las universidades de Harvard, Georgetown y Yale, otorga cada año el Judy M. Weightman Memorial Public Interest Award para reconocer la participación activa en el desarrollo del interés público y el compromiso con los necesitados. Es un reconocimiento a proyectos dirigidos a integrar los aspectos académicos de la profesión jurídica con el objetivo de tener un mejor acceso a la justicia y hacia una mayor sensibilidad, compromiso y responsabilidad de los abogados con la sociedad.
El portavoz de ANDA, Rafael Cancel Vázquez, explicó que desde 2005 los estudiantes de su asociación “se han dedicado a brindar conocimiento legal y práctico a ciudadanos, líderes y grupos comunitarios que defienden nuestro ambiente y nuestras comunidades”. Los estudiantes de ANDA han visitado distintas comunidades de Puerto Rico para ofrecer talleres sobre legislación ambiental y procesos administrativos y cada año realizan una Jornada Ambiental en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico (UPR) con conferencias, exposiciones y grupos de discusión. Esta noche, se entregará oficialmente el premio en el Aula Magna de la Escuela de Derecho de la UPR con la participación de la jueza asociada del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Liana Fiol Matta, el científico ambiental Luis Jorge Rivera y el líder comunitario de la isla de Vieques, Cacimar Zenón.
“El activismo ambiental puertorriqueño ha logrado una vez más el reconocimiento de prestigiosas instituciones en los Estados Unidos y a nivel internacional”, indicó Cancel Vázquez, quien recordó que en 2002 el proyecto Casa Pueblo de Adjuntas (centro) recibió el Premio Goldman Environmental, considerado el Nobel del Ambiente. En esa ocasión, se otorgó el premio a la comunidad de Adjuntas por mostrar “al mundo cómo la participación ciudadana perseverante pudo detener la explotación minera, establecer un proyecto ambiental auto sustentable y asumir funciones gubernamentales como el manejo de un bosque”, defendió Cancel Vázquez.
Noticia publicada en El Nuevo Día (enero 2008)
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